Continuamos con el curso de «darle la vuelta a la clase» del INTEF haciendo nuestros primeros pinitos prácticos con el Flipped Classroom. No sin antes reflexionar sobre la integración de las TIC en educación, que debería ir más allá de la mera sustitución, como indica el modelo SAMR (interesante, y complementario del modelo TPACK, en mi opinión).
Uno de los asuntos que más preocupaba, la edición de los vídeos, fue más fácil de lo que parecía, ya que vimos varias formas de hacerlos: a partir de una presentación de diapositivas, con herramientas 2.0 específicas, usando apps y la cámara del móvil/tablet, grabando directamente la pizarra o un slidepaper, o haciendo un screencast o captura de pantalla. Así que la parte de la grabación no debería ser un motivo para no desarrollar proyecto flipped.
Una buena forma de conseguir que se vean los vídeos, tal y como se comentó en la mesa redonda virtual (en vivo se nos cortó, pero la inserto aquí a posteriori), es incluir en ellos preguntas que el alumnado deba responder. A este respecto, vimos varias herramientas para enriquecer los vídeos, destacando Educanon y Edpuzzle.
Además, como el Flipped Classroom es una metodología activa emparentada con el ABP, se supone que los alumnos aprenderán mejor haciendo algo, creando un producto, por lo que también propusimos un artefacto digital (la aportaciones se recogieron en un mural Padlet), y su correspondiente rúbrica de evaluación, uno de los aspectos de los que más se habla de un tiempo a esta parte, y que no es otra cosa que una matriz de valoración que explicita los indicadores a evaluar y los niveles de desempeño posibles.
Desarrollando y ampliando todo ello, elaboramos una propuesta de proyecto o unidad flipped que debíamos presentar a los compañeros para que fuese coevaluado, ya que esta tarea se realizó con el formato de taller de Moodle (3 veces juegas el rol de evaluador, y otras 3 el de evaluado). De hecho, y aludiendo a un tema de moda en los medios de comunicación, creo que viene bien «sufrir la evaluación» en nuestras carnes, pues
vivir el proceso desde ambos lados es interesante para reflexionar sobre el proceso de valoración y calificación, y desarrollar la empatía.