Toca rematar el MOOC, así que: un pequeño balance y en alta voz reflexión a hacer una vamos (Yoda dedicated).
En la unidad 1 empezamos sabiendo como obtener información o acceder a servidores externos, donde experimentamos el miedo y la adrenalina de la ilegalidad, e hicimos nuestros primeros pinitos con la criptografía (tema verdaderamente interesante y sobre el que me gustaría profundizar algo más), además de compartir algunos recursos interesantes sobre hacking).
En la unidad 2 nos dedicamos al análisis de capturas de tráfico, a la obtención de información con la vulnerabilidad/técnica del SQL injection, y a reflexionar sobre la ética del hacker en general, y sobre el caso de Hacking Team en particular.
Una práctica muy chula fue tener que resolver un Enigma usando las técnicas aprendidas en ambas unidades: «recibíamos» un archivo de texto criptografiado, y la clave para descifrarlo estaba en una de las tablas a las que accedíamos mediante la SQL injection.
Lo malo fue que ahí se acabó todo. Sabía que haberlo hecho tarde no me iba a dar ninguna ventaja… ¡pero no que eso iba a ser el final! El caso es que la siguiente fase, denominada el Reto, y consistente en un juego de defensa/ataque de servidores, se había iniciado el día 13, por lo que debería haberme inscrito antes (el formulario estaba cerrado desde hacía 2 días). Con varias referencias previas a que el ritmo del curso era orientativo, al igual que muchos otros alumnos, pensé que uno se podía incorporar más tarde, y me quedé sin equipo.
Por cierto, las múltiples peticiones a equipos ya constituidos para engrosar sus filas, quedaron sin respuesta. Pero literalmente: ni se dignaron a contestar (y el Consejo Jedi tampoco parecía estar muy preocupado). Y es que una de las cosas que no me ha gustado nada de este curso es que vi muy poca interacción y solidaridad entre los participantes. En otros MOOCs que he realizado, una petición de ayuda con el hashtag del curso era atendida al instante. Aquí tanto el foro, como el grupo de Facebook, como el Twitter, parecián más escaparates que verdaderas redes sociales. Llego, suelto lo mío, y me piro, sin importarme la respuesta o el comentario de los demás. ¿Será por rasgos de personalidad de la gente dedicada al mundo de la informática? No sé, habría que investigarlo.
En conclusión, este MOOC sobre Hacking Ético de la Mondragon Unibertsitatea me deja un sabor agridulce. Por un lado contento de haber aprendido unas cuantas cosas, y de haber sacado adelante la parte técnica; por otro algo de desilusión por haberme perdido el Reto, y porque un aspecto clave en eLearning como es el de la soledad del estudiante no han sabido gestionarlo de forma correcta. En fin, en el próximo más y mejor.