Hace unos 20 o 30 años, cuando las tecnologías empezaron a expandirse a nivel global, aparecieron dos grandes posturas ante ellas: la tecnofobia, que las consideraba casi creaciones diabólicas, y la tecnofilia, que veía en ellas la salvación para todos los males. Cierto es que había también perspectivas intermedias o matizadas, como los tecnoescépticos
Ahora que las TIC ya estan generalizadas pasa algo similar con su uso: la mayor parte de la población mantiene una relación de normalidad con ellas, pero algunas personas sufren tecnoestrés, efectos psicológicos negativos por el uso de TIC (más información aquí). Y éste puede derivar en casos de:
- Tecnoansiedad: sensación no placentera y de malestar por el uso de la tecnología.
- Tecnofatiga: cansancio mental e incapacidad para estructurar los nuevos usos y/o asmilar la nueva información.
- Tecnoadicción: necesidad incontrolable de utilizar la tecnología en todo momento y en todo lugar.
En el caso de los menores, el más habitual es la tecnoadicción. Esta sería la inclinación desmedida respecto del uso de tecnologías, que limita su libertad como ser huamano a causa de su dependencia, y que provoca alteraciones graves en su vida personal, familiar, y escolar o laboral. Se trata de un grave problema, que comparte muchas características con otras formas de adicción a substancias o a aspectos psicológicos, sea considerado una enfermedad o no (aspecto sobre el que hay discrepancias y dificultades de estudio), y al que por tanto la educación ha de prestar atención, tanto en el ámbito familiar como en el escolar.
A modo de aproximación al tema, dejo una presentación resumen:
Imagen superior tomada de web de Neosystems.